martes, 12 de noviembre de 2013

Delfines: una nueva especie fue descubierta


Cada vez es más complicado descubrir especies de gran tamaño en nuestro planeta, en particular de mamíferos, se ha anunciado el descubrimiento de una nueva especie de delfín jorobado que habita en los mares al norte de Australia, según las primeras informaciones con las que cuentan los científicos. Vamos a conocer como se ha producido el descubrimiento de este nuevo delfín, sin dudas una de las noticias más importantes del año para la biología marina.

Los delfines jorobados



Los delfines jorobados son llamados así por la presencia de una joroba debajo de su aleta dorsal. Contaban hasta ahora con dos grandes poblaciones conocidas, el delfín jorobado del Atlántico, que habita frente a las costas occidentales africanas, y el delfín jorobado del Indo-Pacífico, que según este estudio realizado por investigadores de la Wildlife Conservation Society y otras organizaciones, serían en realidad tres especies, una de las cuales muestra los suficientes caracteres propios para ser declarado una nueva especie para la ciencia.
De esta manera, además de la especie Atlántica, Sousa teuszii y las otras dos especies indopacíficas propuestas, Sousa plumbea y Sousa chinensis, que habitan en áreas separadas de esta inmensa región geográfica, hay que sumar ahora la nueva especie, que aún no ha recibido un nombre oficial, y que habita al norte del subcontinente australiano.

¿Cómo concluyeron los investigadores que era un nuevo delfín?



Tras realizar la autopsia de alrededor de 200 delfines jorobados y comparar la dentición y el pico de unos 180 cráneos de ejemplares de museos o víctimas de los frecuentes recalamientos costeros, los científicos comenzaron a encontrar diferencias muy notables entre ellos. Esto condujo a la realización de un análisis definitivo del ADN de 235 ejemplares, el cual mediante comparaciones biogenéticas precisas, mostró que efectivamente, la especie septentrional de Australia no había sido identificada antes.
Este descubrimiento es importante ya que representa un elemento más en la comprensión de la historia evolutiva de los cetáceos, de los que se conocen unas 80 especies hasta ahora. Además, contribuye de manera notable a la elaboración de planes precisos de conservación y manejo de cada especie, muchas de las cuales se encuentran potencialmente amenazadas de extinción.

Por lo pronto, la nueva especie australiana ya está pendiente de recibir su nombre oficial, que deberá ser avalado por la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica.

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