Cada vez es más
complicado descubrir especies de gran tamaño en nuestro planeta, en particular
de mamíferos, se ha anunciado el descubrimiento
de una nueva especie de delfín jorobado que
habita en los mares al norte de Australia, según las primeras informaciones con
las que cuentan los científicos. Vamos a conocer como se ha producido el
descubrimiento de este nuevo delfín, sin dudas una de las noticias más
importantes del año para la biología marina.
Los delfines jorobados
Los delfines jorobados son llamados así por la presencia de una
joroba debajo de su aleta dorsal. Contaban hasta ahora con dos grandes
poblaciones conocidas, el delfín
jorobado del Atlántico, que habita frente a las costas
occidentales africanas, y el delfín
jorobado del Indo-Pacífico, que según este estudio realizado
por investigadores de la Wildlife Conservation Society y
otras organizaciones, serían en realidad tres especies, una de las cuales
muestra los suficientes caracteres propios para ser declarado una nueva especie
para la ciencia.
De esta manera, además de la
especie Atlántica, Sousa
teuszii y las otras
dos especies indopacíficas propuestas, Sousa
plumbea y Sousa chinensis,
que habitan en áreas separadas de esta inmensa región geográfica, hay que sumar
ahora la nueva especie, que aún no ha recibido un nombre oficial, y que habita
al norte del subcontinente australiano.
¿Cómo concluyeron los investigadores que era un nuevo
delfín?
Tras realizar la autopsia de alrededor de 200 delfines jorobados
y comparar la dentición y el pico de unos 180 cráneos de ejemplares de museos o
víctimas de los frecuentes recalamientos costeros, los científicos comenzaron a
encontrar diferencias muy notables entre ellos. Esto condujo a la realización
de un análisis definitivo del ADN de 235 ejemplares, el cual
mediante comparaciones biogenéticas precisas, mostró que efectivamente, la
especie septentrional de Australia no había sido identificada antes.
Este descubrimiento es importante ya que representa
un elemento más en la comprensión de la historia evolutiva de los cetáceos, de
los que se conocen unas 80 especies hasta ahora. Además, contribuye de manera
notable a la elaboración de planes precisos de conservación y manejo de cada
especie, muchas de las cuales se encuentran potencialmente amenazadas de
extinción.
Por lo pronto, la nueva especie australiana ya está pendiente de recibir su nombre
oficial, que deberá ser avalado por la Comisión Internacional de Nomenclatura
Zoológica.
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