La conservación de la biodiversidad debe ser hoy en día una de las prioridades de la humanidad. En este sentido, los arrecifes artificiales se han convertido en una de las estrategias más polémicas desarrolladas por el hombre para intentar salvaguardar el patrimonio marino.
¿Cómo son los arrecifes artificiales?
Los arrecifes artificiales son estructuras creadas por el ser humano con diversos materiales, acondicionadas para proporcionar un hábitat adecuado para diversas especies de la flora y fauna marinas. Estas estructuras pueden ser de concreto, de metal, pueden ser cilíndricas, cuadradas e incluso, grandes barcos que ya han perdido su capacidad útil de navegación.
Proveen un sustrato duro a aquellas especies que lo necesitan para desarrollarse (los llamados organismos sésiles) como las algas, las esponjas, las gorgonias y los corales, entre otras criaturas. A su vez, tanto estos organismos como la propia estructura artificial, proveen refugio y alimento a las más diversas especies como los peces, los crustáceos, etcétera.
Beneficios de los arrecifes artificiales
Estas estructuras no solo contribuyen a la generación de espacios para la nueva vida submarina que las colonizan, también son útiles ya que disminuyen la presión sobre los arrecifes naturales proporcionando sitios alternativos para el buceo y la pesca submarina, actividades que pueden llegar a sobreexplotar las zonas de arrecifes. Muy relacionado con esto está el beneficio económico que pueden significar al atraer a los cada vez más numerosos ecoturistas que gustan de explorar, por ejemplo, los barcos hundidos.
Otro de los grandes beneficios de estas estructuras es su contribución a la disminución de la pesca ilegal mediante el uso de redes de arrastre. Este agresivo método de pesca suele arrasar con el fondo marino, destruyendo completamente ecosistemas muy sensibles y de difícil recuperación. Los arrecifes artificiales provocan que las redes queden atoradas y se rompan, por lo que los pescadores se abstienen de emplearlas en estas zonas.
¿Son los arrecifes artificiales una verdadera solución?
Ya sean barcos hundidos u otras estructuras, los arrecifes artificiales pueden tener diversos efectos en dependencia de si se adoptan o no medidas para reforzar su función. Por ejemplo, una de estas estructuras puede provocar en “efecto de llamada”, una aglomeración de especies que puede facilitar su captura si previamente el espacio no ha sido protegido de la explotación comercial.
Algunos, como los grandes barcos o pecios, pueden ser peligrosas para los buceadores menos experimentados, por lo que algunos ponen en duda su verdadera utilidad para el ecoturismo tradicional. Estos barcos deben estar bien limpios, no deben contener sustancias tóxicas de ningún tipo que ponga en riesgo la naturaleza, como pinturas, instalaciones eléctricas o materiales aislantes. Este proceso puede ser muy caro y sin las adecuadas medidas de control, y determinadas empresas han llegado a hundir embarcaciones sin las condiciones apropiadas, lo cual ha provocado efectos muy negativos en el ecosistema.
Podemos concluir afirmando que los arrecifes artificiales pueden ser un complemento a la protección de los ecosistemas marinos, pero nunca sustituirán la preservación de los arrecifes naturales, las verdaderas joyas de los mares. Solo cuando se hayan realizado los necesarios estudios biológicos, oceanográficos, toxicológicos, entre otras disciplinas, insertados dentro de un programa a largo plazo de protección de áreas marinas, podrá ser efectiva una medida como esta, nada libre de polémicas y cuestiones biológicas y éticas aún por responder.
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